RESUMEN
Antecedentes. La paresia o parálisis  de las cuerdas vocales  es una de las complicaciones más frecuente después de las operaciones en la glándula tiroides.
Objetivos: Valorar el riesgo de las lesiones  de los nervios recurrentes  durante la tiroidectomías.
Diseño: Estudio  descriptivo,  transversal retrospectivo  no randomizado.
Ambiente. Servicio de  Cirugía General número 1 hospital Universitario Miquel Pérez Carreño Universidad Central de Venezuela
Pacientes y métodos: La presente investigación estuvo  limitada a 651 pacientes, femeninos 77,3%, masculinos 22,6%. En el 66,7% se realizó  lobectomía total,  en  33,2%,  tiroidectomía total. Los porcentajes de parálisis  temporal o permanente de las cuerdas vocales  fueron analizados de acuerdo a si la intervención se realizó por enfermedad benigna, cáncer, o reintervención.  Se excluyeron  26 pacientes  con  diagnóstico de cáncer del tiroides en los cuales  se sacrifico el nervio.  
En 40 pacientes (6,1%) se presentó parálisis  post operatoria. La recuperación del nervio fue documentada  en el 94,6%,  en quienes la integridad  de los nervios se comprobó durante la cirugía. El tiempo de recuperación de la parálisis  temporal fue entre 3 días y 6 meses. La frecuencia   de parálisis  temporal  o permanente  fue:  4,0 % / 0,2 %, en enfermedad benigna,  2,0% / 0,7%, en el cáncer,  12,0%/ 1,1%. En la enfermedad de Graves Bassedow, y entre el 10,8% / 8,1% en las reintervenciones. 
Las operaciones  por cáncer, enfermedad de Graves Bassedow,  o bocios recurrentes tienen un alto porcentaje  de parálisis. La  invasión de los nervios  fue identificada en un 19,4% de los pacientes intervenidos por cáncer del tiroides. 
Palabras clave:  Nervio laringeo recurrente, parálisis, lobectomía, tiroidectomía.
 ABSTRACT: CORD PARÁLISIS  AND PARESIA  AFTER THYROIDECTOMY WITH ROUTINE IDENFIFICATION OF RECURRENT LARYNGEAL NERVE.
 
The aim  of this study was assess the risk of recurrent laryngeal nerve palsy after  thyroidectomy with routine  identification  of the recurrent laryngeal nerve during the operation. 
Patients and methods: The present study was confined  to 651 patients, 66,79% total lobectomies  and 33,21% total thyroidectomies. Temporary  and  permanent  cord  palsy  rate were analyzed  for patients groups with stratification of primary operation  for  benign thyroid disease, thyroid cancer, Graves' disease, and reoperation. Measurement  of the  vocal cord palsy  rate was  based  on the number of  nerves at risk. 26 in  thyroid cancer  patients  with intentional  sacrifice were  excluded  from analysis. 
40  patients  developed  postoperative vocal cord palsy. Completed  recovery  of the vocal cords  palsy function  was documented for  35 of the 37 patients (94,6%)  whose  laryngeal nerve  integrity  had been ensured intraoperatively.  Recovery  from temporary vocal cord palsy ranged  from 3 days  to 4 months. Overall incidence of temporary and permanent vocal cord palsy was 5.1% and 0,9%, respectively. The rates of temporary  /  permanent vocal cord palsy were  4.0 / 0.2%,  2.0/ 0.7,  12,0 / 1,1%, and 10,8 / 8,1% for groups  classified according to benign thyroid disease, thyroid cancer, Graves' disease, and reoperation respectively. 
Operations  for thyroid cancer, Graves ' disease, and  recurrent  goiter demonstrated significantly  higher  vocal cord palsy rate. Invasion of recurrent  laryngeal  nerve was identified  in 19,4%  of patients  with thyroid cancer. Postoperatively, recurrent laryngeal nerve  recovered  in most  of the patients  without  documented  nerve damage during the operation. Total  lobectomy with routine recurrent  laryngeal nerve identification  is recommended as basic  procedure in the thyroid operations. 
Key words:  Recurrent laryngeal nerve, vocal cord palsy, thyroidectomy, total lobectomy, total thyroidectomies.
INTRODUCCIÓN
La paresia o parálisis de las cuerdas vocales (CVs)  como consecuencia  de las lesiones ocasionadas al nervio laringeo recurrente (NLR)  durante la  cirugía del tiroides;  es una de las complicaciones más comunes1,2. La disfonía o afonía  resultante,   es  un serio  inconveniente funcional  en aquellos pacientes  que requieren de su voz para el ejercicio profesional, adicionalmente, cuando es bilateral  puede conducir  a serios disturbios en la ventilación3. Los cirujanos  siempre han tenido la intención de buscar  técnicas  que reduzcan  las tasas  de  lesiones  temporales,  y especialmente,  aquellas  que aminoren  las posibilidades  de ocasionar  lesiones permanentes4,5. 
Según Mártensson   y Terins6, la incidencia  de parálisis   de las CVs,  luego de las operaciones  de la glándula tiroides varía ampliamente y no es siempre  señalada de acuerdo a la enfermedad subyacente y al riesgo de que se produzcan lesiones del  los nervios recurrentes7-10. Adicionalmente,  los investigadores incluyen las  operaciones  realizadas por distintos cirujanos con diferentes técnicas en las   tiroidectomías  identificando o no de los nervios NLR.
 Los porcentaje  de paresia  y parálisis de las CVs varían. Algunos se basan en el número de pacientes; y otros  en el  riesgo de lesionar las estructuras nerviosas. Los factores  antes mencionados  hacen difícil  comparar exhaustivamente los diferentes estudios11,12. 
La finalidad de esta investigación  es analizar  los resultados de diferentes tipos de tiroidectomías, realizadas por el mismo grupo de cirujanos, entre 1984 y 2006,  donde se identificaron de manera  rutinaria   los NLRs. Conocer, los porcentajes  de paresia o parálisis de las CVs  (temporales o permanentes). indagar,  la enfermedades de base,   calcular la relación con el número de nervios en situación de riesgo. Evaluar  los factores que se puede contribuir  a que se  ocasionen  lesiones   de los NLR y las posibilidades de recuperación.
PACIENTES Y MÉTODOS
Entre octubre de 1984 y agosto de 2006, se intervinieron en el  Servicio de Cirugía General Número 1, Hospital Universitario Miguel Pérez  Carreño (Universidad Central de Venezuela), 651 pacientes para tratamiento  por varios tipos de enfermedades del tiroides. Incluyendo 147 (22,6%)  masculinos y 504 femeninos (77,3%), en edades entre los 15 a 71 años (promedio 41 años). Se realizaron  436 lobectomías totales (66,7%), tiroidectomías totales 216 (33,2%).
Se realizó  la identificación rutinaria   del NLR  durante todas las intervenciones en forma  similar como fue descrito  Harnés y col. en 198612. Cuando la disección  procedía  de la zona del ligamento de Berry, el NLR  fue visualizado e identificado  cuando  cursaba  a través del ligamento o próximo a él. En los casos de grandes  bocios, o cuando este se sumergía en el mediastino anterior y superior, el NLR  fue identificado  y traccionado desde el triángulo  de los nervios recurrentes como lo preconizaron  Lore  en 19834. 
Los pacientes fueron estratificados en cuatro categorías de acuerdo con la enfermedad tiroidea:  enfermedad benigna  primaria (EBP) 429 66%,  cáncer 128 (19,7%),  enfermedad Graves Bassedow (EGB) 53 (8,2%), reintervenciones 41 (5,9%). 
 Los pacientes  sometidos  a una primera intervención  por bocio nodular, adenoma,  o tiroiditis  fueron incluidos  en la categoría  de  EBP. Los individuos en los cuales se estableció el diagnóstico de  carcinoma del tiroides por histología  o aquellos en los cuales  se  les completo la tiroidectomía  por cáncer  fueron agrupado en la categoría  de cáncer del tiroides.
Los pacientes con tirotoxicosis, bocio difuso,  o oftalmopatía  fueron incluidos  en la categoría de  enfermedad de Graves Bassedow; en seis de estos se asocio el diagnóstico de cáncer. 
Los pacientes que habían sido sometidos a tiroidectomías previas,  fueron  incluidos  en el sub grupo de reintervenidos.  Tres de estos  con EGB recurrente,  16 con carcinoma tiroideo,  y 22  con bocios recurrentes.
En el grupo de cáncer del tiroides,   en  20 se detecto  enfermedad invasiva  que incluía al NLR. 8 de estos pacientes fueron sometidos a  laringectomía total y parcial  en otra institución. Y otros 14 donde se comprobó  la invasión del  NLR  por  el tumor   requirieron resección  intencional.
Todos los pacientes  fueron sometidos a laringoscopia directa pre y post operatoria para determinar  la funcionalidad  las CVs.
 Cuando se diagnóstico  la parálisis de la  CV, el seguimiento  fue realizado al principio semanalmente y luego  cada 3 o 4 semanas  hasta que se comprobó la recuperación. 
La disfunción  (disfonía-afonía) fue considerada permanente  si persistía  después de los 8 meses.  La determinación de los porcentajes  de parálisis de las CVs estuvo fundamentada  en el número de nervios en situación de riesgo.
Análisis estadístico.
Los datos fueron  codificados y se elaboró una matriz  utilizando un computador personal HP Business Desktop, Intel Pentium IV 541. Para el análisis  e interpretación se  utilizó el programa SPSS versión 13 para Windows (Universidad de Chicago). Los resultados se  expresan en promedio y desviación estándar. Para evaluar  la relación entre dos variables categóricas se uso la prueba de  Chi-cuadrado, Asignando   un valor de p = 0.05  como significativo.
RESULTADOS
Las tiroidectomías  fueron más frecuentemente realizadas en el sexo femenino  504 (77,3%), en el masculino 147 (22,6%), relación  m / f  de  3,42 / 1,  edad promedio 41 años  rango 56 (15-71).
La recuperación total  de la función de las CVs  fue documentada  en el 94,6% en quienes  la integridad del NLR  había sido comprobada durante la intervención. 
La incidencia global  de parálisis  temporal o definitiva  de las CVs por lesión intraoperatoria de los NLRs  fue de 5,1%  y 0.9%  respectivamente   en los nervios que presentaban riesgo de ser lesionados.
Los porcentajes  de lesiones en los NLIRs,  temporales o permanentes  de acuerdo con la enfermedades subyacentes se muestran en la tabla 1. 
El tiempo de recuperación  en las parálisis  temporales de las CVs  estuvo entre los 3 días  a los 4 meses  (promedio 30,7 días). 34  de las parálisis temporales  (97,1%)  se recuperaron  en el lapso de 9 semanas, con un pico a las  5 a 6 semanas. La recuperación  del NLIR tardó alrededor de 6 meses  en dos pacientes,  y en uno más de 9 semanas (Figura 1).
Figura 1: tiempo de recuperación de los pacientes

 
El análisis  de 41 pacientes sometidos a reintervención se muestra en la Tabla 2. 
DISCUSIÓN
La identificación y disección  rutinaria de los NLRs  durante la realización de las tiroidectomías  ha sido desde hace mucho años motivo de controversia.13,  sin embargo,  esta técnica  es realizada  hoy en día  por muchos cirujanos14-16 
Wade3  en  1995  manifiesta  que los nervios NLRs  son muy sensibles y no deberían ser disecados o tocados. Mientras que  Bergamaschi  y cols7, demostraron en sus investigaciones  que los porcentajes  de parálisis temporal o permanente de las CVs  no tienen significación estadística  si los nervios se  disecan o no. 
En el estudio de  Wagner y Seiler17, no se estableció diferencia significativa  en relación con los porcentajes de paresia o parálisis  de las CVs, en la realización de  las lobectomías subtotales con o sin exposición de los NLRs. En cambio, en la lobectomía total , el riesgo fue del 21%, y los porcentaje de  parálisis permanente  se incrementaron  de 3,8%  al 7% cuando  los nervios  no fueron identificados  o expuestos18,19. 
Muchos investigadores junto a nosotros, recomendamos la visualización de los nervios en todo su trayecto (no su disección), de esta manera  decrece las probabilidades de lesionarlos  y ocasionar paresia o parálisis temporal o permanente19-23,  Karlan y col8,  reportaron 1.000  tiroidectomías consecutivas  donde realizaron  la completa disección  del nervio NLR, sin ocurrencia  de ningún tipo de complicación. Adicionalmente Mattig y col19 señalaron un descenso en los porcentajes de parálisis permanente de las CVs, desde  un 5,9%  al 0,8%, en las intervenciones donde   se realizó de rutina  la identificación de los elementos nerviosos.
En nuestro estudio  las operaciones  fueron realizadas siempre por el mismo equipo de cirujanos (Jefe de Servicio,  Adjuntos y Especialistas)  o por el residente del tercer  nivel del postgrado  universitario de Cirugía asistido por el tutor. La incidencia global  de disfunción de las CVs,  temporales y permanentes fue de 5,1%  y 0.9%  en los nervios en riesgo. 
El porcentaje de lesiones de los NLRs puede variar  en los diferentes tipos de enfermedades del tiroides,  con más  alto riesgo cuando se realiza cirugía  por cáncer, EGB, o bocio recurrentes14,18,24. 
En este estudio se  analizó  el porcentaje  de paresias y parálisis  temporales y permanentes  entre los pacientes con  lesiones tiroideas  benignas, cáncer, EGB,  y  en aquellos sometidos a reintervención. 
Las tiroidectomías primaria realizada en los pacientes con afecciones benignas del tiroides con  visualización e identificación de los NLRs, ha sido reportada que  tiene una incidencia  baja  de paresia o parálisis de las CVs19,25,26.   Liu y col.16 y Perzik  21 han reportado una tasa  de 0,4% y 0% en un total  de 250 tiroidectomías totales por bocio nodular benigno.  Mientras que Jatzko y col. 14  señalan  porcentajes  de 3,0%  y 0%  en lesiones temporales  y permanentes (respectivamente)  en una muestra  de 736 pacientes sometidos a tiroidectomías primarias  por enfermedades benignas, Lo y col18  reportan este tipo de complicaciones  en  porcentajes  entre 3,4%  y 0,2%, en pacientes  con bocios benignos. 
En nuestra  población de 429  pacientes  con enfermedades benignas del tiroides sometidos  a operación primaria  el 86,4%; lobectomías totales, y el 13,5%  tiroidectomías totales; las tasas de paresias y parálisis de las cuerdas vocales transitorias o permanentes  fue de 4% y 0,2% respectivamente, resultados que son comparables  con los señalados  en otras investigaciones 27,28. 
En la revisión de la literatura, encontramos  que la ocurrencia de las paresia y o parálisis de las CVs  posterior  a las  operaciones  por cáncer del tiroides varían ampliamente. Las tasas  de lesiones  nerviosas intraoperatorias en cáncer  del tiroides reportadas por Van Hereden y col29, Flyn y col11 y Perzik 21 son  de 9,7%,  1%,  y  5% respectivamente.  Wagner y  Seiler17, encontraron cifras  de parálisis temporal / permanente  en el orden  del  3 al 17%, con análogos  resultados  a los enunciados  por Steurer y col.   de 15,4 / 2,4%24. 
En  128 pacientes con cáncer la invasión involucraba  a los NLRs  y / o  la porción  del tracto  aerodigestivo superior en un 19,4%. Estos pacientes fueron sometidos a  laringectomía total debido a  la  extensa infiltración  de la laringe, y uno a laringectomía parcial. 
En 13 pacientes la extensa invasión del nervio  por el tumor  nos obligó a realizar  la resección  intencional del NLR; en tres  se realizó  la resección parcial  del músculo constrictor o del cartílago traqueal. 
Los pacientes que requirieron sacrificio  intencional  de los NLRs, tenían parálisis preoperatoria de las CVs, con hallazgos  histológicos  confirmados  de carcinoma indiferenciado en 8. Estos hallazgos ratifican que en las intervenciones ejecutadas por cáncer del tiroides;  tienen mayor probabilidad  de que acontezcan  lesiones nerviosas  con la subsiguiente  parálisis de las CVs.
En esta casuística, al 19,4%  de los pacientes con cáncer  del tiroides se les realizó  el sacrificio intencional  del NLRs. Aún cuando la operación para el cáncer del tiroides esta asociada con una alta incidencia de  parálisis permanente.
Cuando excluimos   las ocasiones donde  intencionalmente  los NLRs fueron sacrificados, no  existió  diferencia significativa entre este grupo  y  el de  afecciones benignas, con  idénticos resultados  en  las parálisis de las CVs  transitorias (2.05% vs  4%;  P > 0.05 o  permanentes  (0,7% vs 0,2%;  P > .1) respectivamente. 
Las intervenciones en los pacientes con EGB tienen en la literatura alta incidencia de  parálisis de las CVs  Wagner  y Seiler17 y  Agarwal y Mishra1  presentan  porcentajes de  lesiones  temporales / permanentes  de 8 / 4%  en una muestra  de 75 pacientes con EGB  sometidos a cirugía, cifras similares  con porcentajes  de 16 / 1,6%  son reportadas  por Razack y col en 199730)
Agarwal  y Mishra1 hallaron parálisis temporal de las CVs en  el 11,1%  de los pacientes con EGB La tiroidectomía total  fue  la opción preferida en esta cohorte  en el EGB, motivado a varias razones incluyendo, la inmediata curación de cualquier tipo de hipertiroidismo, se evita la recurrencia,  y la disminución de los riesgo de cáncer. 
En nuestro estudio,  la intervención  en la  EGB obtuvo  un porcentaje alto y significativo  de parálisis transitoria (12% vs 4,0% ; P < .005). Sin embargo, no encontramos  diferencias estadísticas significativas  en relación  con los porcentajes de  parálisis permanente  de las CVs, cuando se les compara  con los pacientes  intervenidos  por enfermedades benignas. A pesar, que en  el  13%  de los pacientes con  EGB  se comprobó  la presencia de cáncer del tiroides,  esta patología  no influjo en los porcentajes  de  parálisis. Sin embargo,  encontramos  que el desplazamiento  del nervio NLR,  ocurrió  más frecuentemente  durante la  disección  de una gran masa tiroidea por incremento de la vascularidad  que esta asociada  con la EGB, y nos parece razonable  sugerir  que el desplazamiento  es la razón  fundamental  del alto  porcentaje de  trauma ocasionado a los nervios con la subsecuentes  parálisis  temporales de las CVs  en esta cohorte.
En esta serie  los NLRs  fueron  más vulnerable  a ser lesionado  durante la perpetración de las  tiroidectomías secundarias, equivalente al  14% logrado por  Mártensson  y Terins  6 en los  pacientes reintervenidos. Por otra parte, Beahrs  y Vandertoll  5 informan  un  8%  en sus pacientes  que fueron sometidos  a dos intervenciones  por enfermedades benignas, y 22%  en aquellos  con tres o más operaciones.
 Jatzko  y col14,  determinaron  que la incidencia  de parálisis permanente  se incrementa  desde cero  en la primera operación por bocio  benignos a 7,5%  en las recurrencias. Al contrario,  Reeve  y col  22, logran  porcentajes  bajos  de parálisis  en su estudio  sobre 408 pacientes sometidos a tiroidectomías secundarias.
La indicación más frecuente  para llevar  a cabo la  reintervención  fue la presencia  de cáncer  del tiroides  en un lóbulo  que había sido  removido previamente, la presencia  de  bocio  o tirotoxicosis recurrente (29 con EGB recurrente,  8 con cáncer,  y 20  con bocios). En este grupo  encontramos una diferencia significativa  en cuanto a las parálisis  permanente  ( 8,1% vs 0,2%;  P  < .001 ) en comparación  con el grupo de  enfermedades  benignas. La extensión de la operación previa es el factor  de mayor significación  en la ocurrencia  de parálisis.
En 7 pacientes  con parálisis  postoperatorias de las CVs  (tres permanentes y  4 temporales ) ocurrieron  como consecuencia de la  lesión de los NLRs en bocio  repetido, en donde la primera operación  fue  la lobectomía parcial o subtotal. La lesión nerviosa fue reconocida durante la intervención  en tres pacientes con parálisis permanente (Tabla 2). 
La tiroidectomía total en la segunda intervención  por cáncer del tiroides no fue un  factor de riesgo  en esta serie.  No obstante, los porcentajes de paresia y parálisis  transitorio y definitiva de las CVs se incrementaron  a 12,9%  y 9,7% respectivamente, en aquellos pacientes  en los cuales se realizó  la lobectomía  subtotal  como operación  previa13,27. 
El desplazamiento o la sección  inadvertida  del NLRs  ocurre  más  frecuentemente  cuando el nervio  debe ser disecado  y separado de los tejidos fibróticos adyacentes. Estos resultados  enfatizan la necesidad  de realizar  la lobectomía total  con rutinaria visualización  e identificación del NLR en la operación inicial  de modo  que la tiroidectomía  total pueda  ser completada  luego  de la lobectomía total unilateral con pequeño  riesgo de lesionar el nervio 26.
Las parálisis  post operatoria  de las CVs han tenido en esta serie  el potencial  de recuperación, con porcentajes similares al los reportados con un rango  del 50 al 100%. Los cirujanos que proponemos la identificación rutinaria de los NLRs, logramos  cifras altas  de recuperación  luego de haber ocurrido las lesiones.
 En dos estudios se han reportado  ratas de recuperación  del 100% en la parálisis posterior a la intervención primaria  con exposición rutinaria del nervio. Nuestro  porcentaje de recuperación global  fue  del 91%. Cuando  la lesión del nervio  paso  desapercibida, y fueron excluidos del análisis, sin embargo, el porcentaje  de recuperación  se elevó al 94,6%.
El tiempo de duración  de la parálisis temporal de las cuerdas vocales tuvo un rango entre los 3 días a 4 meses  (con un promedio, de 30,7 días). Sin embargo,  encontramos  que muchos pacientes pueden  darse cuenta que se ha recuperado la función de las cuerdas vocales cuando su voz mejora.
El tiempo de  recuperación  de 34  pacientes con  parálisis temporal de las CVs  estuvo  dentro de 9 semanas, y el pico se percibió  entre las 5 y 6 semanas. En un paciente la recuperación se conllevo más de  más de cuatro meses.
 
Los resultados de este estudio sugieren que  cuando  la parálisis de las CVs  persisten por más de dos meses y medio; los pacientes tienen  poco chance de recuperación.  Sin embargo,  Steurer y col24 han alcanzado  recuperaciones a los dos años.
Entre  los pacientes  con parálisis permanente,  en tres se había seccionado  inadvertidamente el NLR. Aun cuando,  la integridad  del NLR  fue comprobada durante la intervención en dos pacientes,  la restauración  de su función no ocurrió sino ulteriormente luego de varios años de seguimiento. 
Otto  y Cochran20, consideran que la estimulación  del nervio  es un método seguro y útil  para determinar  su funcionamiento  inmediatamente  de la operación. Para  nosotros  este método  tiene incuestionable valor  en las reintervenciones  y la EGB;  pero no lo hemos utilizado. 
Nuestra investigación señala que un alto porcentaje  de parálisis de las CVs fueron comprobadas en estas categorías  de pacientes.
Aquellos  NLRs que fueron seccionados inadvertidamente,  pero  su lesión fue reconocida  durante la intervención; estas lesiones fueron reparadas realizando la neurorrafia  termino terminal  o anastomosis, siendo su evolución desfavorable. El manejo de los pacientes con parálisis  definitiva estuvo a cargo del servicio de Otorrinolaringología.
De acuerdo con  los criterios expresados por Chiang y col31, los porcentajes  de parálisis de las CVs que tienen lugar  después  de diferentes  enfermedades del tiroides. El método  mediante  el cual  se calculan los  porcentajes de lesiones  fue determinado por el número de nervios en condición de ser lesionados,  el porcentaje asciende al 12% en pacientes  con la EGB, sometidos a  tiroidectomía total, un 24% en los pacientes de riesgo. 
Esto  es numéricamente diferente, pero los porcentajes  representan el mismo número de pacientes. Los cálculos realizados basándonos  en el número de nervios en riesgo  nos parece que es el método más lógico y significativo  ya que  permite  establecer comparación entre las series reportadas. 
CONCLUSIONES
 Altos  porcentajes de disfunciones de las cuerdas vocales  se presentaron  luego de las  intervenciones por cáncer del tiroides, EGB, bocios recurrentes; en comparación con  las tiroidectomías realizadas por  enfermedades primarias  benignas.
Los pacientes intervenidos  por  cáncer del tiroides  exteriorizaron un alto  porcentaje  de parálisis  permanentes  de las CV, luego de la operación  debido a la alta incidencia  de invasión extratiroidea. 
Los pacientes sometidos a una segunda intervención  tuvieron un alto índice  de   parálisis permanente de las CVs, comparados  con aquellos que fueron sometidos a la intervención primaria por enfermedad benigna.
La realización de la lobectomía total  con rutinaria visualización e identificación  de los NLRs  resultó segura, y la realizamos  como intervención básica. 
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Reconocimientos: Trabajo subvencionado por el Consejo de desarrollo Científico y Humanístico. 
Universidad Central de Venezuela PG. No 09-00-5574-2004.
Correspondencia:
 Dr. Jorge R Lucena. 
Cátedra de Técnica Quirúrgica. Escuela Luis Razetti. 
Facultad de Medicina Universidad Central de Venezuela. 
Instituto Anatómico José Izquierdo, primer piso oficina 213. 
Ciudad Universitaria. Los Chaguaramos- Zona Metropolitana de Caracas. 
Venezuela
 Comentario del Profesor Mario Arturo González Mariño. Profesor de Epidemiología, Facultad de Medicina, Fundación Universitaria San Martín. Bogotá, Colombia
La lesión del nervio laringeo recurrente  es una complicacion  frecuente  de
la cirugía de  la glándula tiroides. Para  disminuir su incidencia,  se  han
planteado varios procedimientos. 
En este artículo, Lucena  y  colaboradores recomiendan   la técnica   de  visualización  de  los  nervios  en  todo  su trayecto que es  el  método  que  el  grupo  ha  usado  sistemáticamente   y
presentan su experiencia de  22  años en el manejo de  cirugía  de  tiroides
durante los cuales han  acumulado una  importante   casuística  logrando  en
este  estudio  descriptivo  presentar  651  pacientes,  40  de  los   cuales
presentaron parálisis  postoperatoria  de  cuerdas  vocales.  Un  número  de
pacientes  de esa cifra tratados por el mismo equipo quirúrgico y el  tiempo
dedicado a la cirugía de este órgano estan por  si  mismo  asociados  a  una
menor morbilidad quirúrgica lo cual da mayor relevancia   a  la  publicación
de su trabajo.  En su estudio, se presentaron parálisis  permanentes  en  el
0,2% de las  patologías benignas,  en el  1,1% en la enfermedad  de  Graves-
Bassedow y   0,7% en cáncer.
La evaluación organizada de la  práctica  médica  brinda la  posibilidad  de
intercambiar experiencias, conocer el trabajo de  diferentes  grupos  y  por
supuesto a un beneficio para el paciente.
 Comentario del Dr. Ramón Díaz-Alersi Rosetti. Medicina Intensiva. Hospital Puerto Real. Cádiz. España
La parálisis recurrencial es, junto con el hipoparatiroidismo, la principal fuente de morbilidad tras una tiroidectomía. Se trata de una complicación ya descrita desde los orígenes de esta intervención en los cuales la frecuencia alcanzaba hasta el 32% comunicado por Billroth. 
Desde entonces, con la mejoría de la técnica, la frecuencia ha ido declinando sin terminar de desaparecer, estando actualmente en un mínimo del 0,5% al 5%, según las series. Aunque muchos autores han descrito diferentes técnicas para minimizar la posibilidad de lesión del nervio recurrente, todos coinciden en la importancia de una técnica cuidadosa y estandarizada, así como en la exposición total del nervio.
Este artículo describe la experiencia y los resultados de un equipo quirúrgico de manera retrospectiva a lo largo de casi 22 años. La tasa global de parálisis recurrencial es del 6.14%, dentro del rango de las publicaciones sobre el tema, aunque algo elevada según los últimos 
trabajos. Es posible que ello se deba al relativamente poco número de intervenciones anuales que no llegan a las 30 de media.
Recibido 9 de enero de 2007. Recibido revisado 1 de febrero  de 2007
Publicado 2 de febrero  de 2007