ISSN: 1697-090X
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DERMATITIS PELAGROSA. REPORTE DE CASO. Frank C. Alvarez-Li1, Marcos D. Iraola-Ferrer2, Sonia Matos-Romero3,
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Figura 1b. Piel del dorso de los pies con lesiones eritematoescamosas, zonas agrietadas, con descamación de la piel y otras ya despigmentadas. |
En los exámenes complementarios realizados solo se encontró anemia ligera (Hb: 10.7 g/dL; Hto: 35%), el resto de la analítica fue normal. Se plantea como impresión diagnóstica pelagra con manifestaciones predominantemente cutáneas y se decidió comenzar tratamiento con Nicotinamida 200 mg por día, utilizando para ello complejo vitamínico (mononitrato de tiamina 15 mg, riboflavina 15 mg, nicotinamida 50 mg, cloridrato de piridoxina 10 mg, pantotenato de calcio 25 mg, cianocobalamina 10 mcg, biotina 150 mcg) para también suministrar otras vitaminas del complejo B que podían estar deficitarias, además de dieta hiperproteica y antibioticoterapia con Ciprofloxacina 0.5 gramos cada 12 horas por vía oral para prevención de la sepsis al no estar indemne la barrera cutánea.
La paciente evolucionó favorablemente con desaparición casi total de la mayor parte de la sintomatología y mejoría notable de las lesiones de la piel, siendo egresada 4 días después, con igual tratamiento para la casa y seguimiento por consulta de Medicina Interna. Cuando acudió a la consulta fijada la paciente ya estaba totalmente recuperada con la piel normal (Figura 2a y 2 b) y sin otros síntomas o signos al examen físico. La paciente no había ingerido más bebidas alcohólicas, su dieta había mejorado en cantidad y calidad y mantenía la adherencia al tratamiento.
DISCUSION
Desde el punto de vista histórico, la pelagra fue una enfermedad predominante en el sur de los Estados Unidos, a comienzos del siglo XX, sobre todo entre los aparceros pobres. La enfermedad, desconocida en Europa en tiempos anteriores, se hizo notoria en los siglos XVIII y XIX a medida que el maíz empezó a consumirse ampliamente en Italia, Portugal, España y partes de Europa oriental.
En el siglo XX, la pelagra fue común en Egipto y zonas de África sudoriental, y se han informado casos esporádicos en la India. En cada una de estas áreas la enfermedad se asoció con el maíz que se convirtió en el alimento básico de los pobres quienes estaban limitados para complementar la dieta.
En tiempos recientes, la prevalencia más alta de pelagra probablemente haya sido en Sudáfrica, donde las condiciones para algunos trabajadores de la agricultura y la industria hasta 1994 fueron deplorables. Lamentablemente, la pelagra se ha encontrado también en campos de refugiados y en situaciones de hambruna. El consumo de alcohol, se cita como otro de los factores de riesgo para la aparición de la enfermedad1,5-7. En nuestra paciente se recoge como positivo este antecedente, así como una alimentación deficiente en cantidad y calidad.
La afectación cutánea, frecuentemente, es la manifestación que domina la escena clínica del paciente. Las lesiones aparecen en áreas de la piel expuesta a la luz del sol, cara, reverso de las manos, cuello, antebrazos y porciones expuestas de las piernas.
La dermatitis pelagrosa comienza con un aumento de la pigmentación, se pierde el brillo aceitoso de la piel sana y la piel se vuelve seca, escamosa y agrietada. Casi siempre hay una línea definida de demarcación entre estas lesiones y la piel sana. El estado de la piel puede permanecer estático, cicatrizar o empeorar. Si progresa la lesión, a menudo hay una descamación; puede haber grietas y fisuras y a veces, la piel se puede ampollar. Las áreas que han perdido una capa de piel, a veces son brillantes, delgadas y más bien despigmentadas1-3,8,9. Todas estas lesiones cutáneas son en general más o menos simétricas, y más evidentes en pacientes de piel negra, como en el caso que presentamos.
La lengua y otras partes de la boca a menudo se inflaman o están rojas, delicadas y con apariencia áspera. La estomatitis angular y la queilosis casi siempre asociadas con la carencia de riboflavina se observan frecuentemente1-2. En nuestra paciente también observamos participación de la lengua en forma de glositis incipiente.
Los ataques de dolor abdominal, diarrea y otras molestias digestivas, son frecuentes en los casos de pelagra. Se considera que cambios similares a los que se presentan en y alrededor de la boca, están presentes en otras partes del tracto digestivo, y pueden ser la causa del malestar abdominal y de la quemazón intestinal. Pocos de estos síntomas y signos son específicos de la pelagra, pero si se acompañan de cambios en la piel o de síntomas mentales o responden a la niacina, confirman el diagnóstico de pelagra1-2. En nuestra enferma aún los síntomas digestivos estaban limitados a la lengua.
El compromiso del sistema nervioso se manifiesta por síntomas y signos sumamente variables. Los más comunes son irritabilidad, pérdida de memoria, ansiedad e insomnio. Estos síntomas pueden llevar a la demencia, y en la práctica no es raro que personas con demencia resultante de la pelagra sean admitidas en instituciones mentales. Nuestra paciente no refirió sintomatología neurológica ni trastornos mentales, ni se encontraron alteraciones al examen físico.
El diagnóstico en el caso que presentamos se realizó precozmente y con ello se evitó la aparición de otras manifestaciones clínicas graves. El antecedente de vivir sola, la historia dietética, el consumo diario de alcohol, la presencia de cambios en la piel, las lesiones en la lengua y sobre todo la espectacular respuesta al tratamiento con niacina fueron las claves que nos permitieron arribar al diagnóstico.
El diagnóstico habitual de la pelagra es clínico, con una prueba terapéutica para confirmarlo, puede ser confirmado, además, mediante la determinación de N-metilnicotinamida en muestras de orina de seis horas. Los niveles de nicotinamida entre 0,2 y 0,5 mg se consideran bajos, y un nivel menor de 0,2 mg indica una carencia de niacina. En muestras de orina al azar, la carencia se plantea con niveles menores de 0.5 mg de nicotinamida por gramo de creatinina3,8.
La pelagra es, en general, una enfermedad muy gratificante de tratar. Los pacientes mentales violentos, casi incontrolables, se tornan normales, racionales, seres humanos pacíficos en un período de unos pocos días de tomar unas cuantas tabletas de nicotinamida.
En personas con lesiones graves de la piel, con una boca inflamada y diarrea grave con frecuentes deposiciones acuosas, se puede lograr una mejoría considerable en un período de 48 horas. La piel enrojecida y el dolor de la exposición a la luz solar mejoran; el dolor en la boca disminuye y el comer se vuelve un placer, y lo más gratificante para él consiste en que la diarrea rebelde desaparece.
En nuestra paciente tuvimos la oportunidad de asistir durante su hospitalización a la desaparición casi inmediata y total de la mayor parte de los síntomas y a una mejoría ostensible en las lesiones cutáneas al egreso de la Clínica y a su normalización cuando acudió posteriormente a la consulta de seguimiento. La paciente se ha mantenido asintomática y con buen estado general.
El organismo humano puede convertir el aminoácido triptófano en niacina; por lo tanto una dieta alta en proteína, si la proteína contiene buena cantidad de triptófano, evitará la pelagra. Sin embargo, la niacina es todavía el factor más importante en la pelagra, y cualquier programa para prevenir la enfermedad se debe enfocar en el suministro adecuado de niacina en la dieta10.
REFERENCIAS
2. Hegyi J, Schwartz RA, Hegyi V. Pellagra: dermatitis, dementia, and diarrhea. Int J Dermatol 2004; 43: 1-5.
3. Medina D, Schwartzbert JS. Pelagra: Presentación de un caso. Rev Cent Dermatol Pascua 2006; 15: 164-167.
4. Ashourian N, Mousdicas N. Pellagra-like dermatitis. N Engl J Med 2006; 354: 1614.
5. Baquet S, Wuillaume F, Van Egmond K, Ibanez F. Pellagra outbreak in Kuito, Angola. Lancet 2000; 355: 1829 -30.
6. Malfait P, Moren A, Dillon JC et al. An outbreak of pellagra related to changes in dietary niacin among Mozambican refugees in Malawi. Int J Epidemiol 1993; 22: 504 -11.
7. Seal AJ, Creeke PI, Dibari F, Cheung E, Kyroussis E, Semedo P, van den Briel T. Low and deficient niacin status and pellagra are endemic in postwar Angola. Am J Clin Nutr 2007; 85: 218 -24.
8. Karthikeyan, K, Mohan T. Pellagra and skin. Int J Dermatol 2002; 41: 476-81.
9. Isac S. The gauntlet of pellagra. Int J Dermatol 1998; 37: 599.
10. World Health Organization. Pellagra and its prevention and control in major emergencies. Geneva, Switzerland: World Health Organization, 2002.
CORRESPONDENCIA:
Dr. Frank C. Álvarez Li.
Unidad de Cuidados Intensivos.
Clínica Meditex. Rua da Missão n.o 52 - Ingombotas.
Luanda, Angola.
E-mail: frankluanda @ gmail.com
Recibido, 19 de enero de 2010. Recibido revisado, 15 de febrero de 2010
Publicado, 27 de febrero de 2010