Sr. Editor:
Resulta llamativa la apreciable contradicción existente en aquéllos que tienden a adoptar habitualmente comportamientos correctos hacia el prójimo y que, a la par, defienden, validan y hasta perpetran actos contrarios en determinados niveles de gestión institucional. Más allá de que estas discordancias suelen detectarse en otros ámbitos humanos, estas percepciones y reflexiones, hechas en favor de su elucidación y superación, han sido acotadas al espacio educativo en general y al universitario en particular desde que allí se focaliza nuestro quehacer profesional.
Exceptuando las conductas correctas e incorrectas en ambas instancias y ciñéndonos estrictamente a las arriba aludidas, el interrogante esencial que surge al escudriñarlas es:
¿Por qué los que en su habitualidad, tienden mayormente, entre otros, a:
- Aunar voluntades y a conducirse de manera democrática
- Estimular consensos, admitiendo discrepancias
- Respetar al prójimo y a tratarlo con educación y urbanidad
- Aceptar hidalgamente sus errores, enmendándolos
- Actuar guiados por el bien común
- Manejarse de manera crítica sopesando pros y contras
- Recurrir a certezas por dolorosas e inconvenientes que sean
- No corromperse en modo alguno
- Proceder con humildad
- Abjurar del nepotismo
- Emplear equilibradamente la cuota de poder de que disponen
- No saldar favores privados con prebendas públicas
pueden llegar a defender, validar y hasta cultivar lo opuesto en definidos niveles de gestión institucional mediante el ejercicio parcial o total de estos procederes:
- Agrietamiento de uniones y conducción autocrática
- Práctica del unicato , imposición de su voluntad y empleo del revanchismo
- Maltrato y/o ninguneo de terceros
- Negación sistemática de yerros sin su debida subsanación
- Dirección de su accionar en propio bien
- Improvisación frecuente e irresponsable
- Uso de asechanzas y colusiones
- Gestión corrupta
- Autoelogio impúdico
- Insolente nepotismo
- Abuso del poder disponible
- Amortización de beneficios privados a través de canonjías públicas?
Intentando una aproximación explicativa y debatible para lo antedicho podrían esgrimirse en ese sentido:
1. La negación sistemática. Esta actitud puede derivar en una condenable justificación de los medios utilizados para la consecución de determinados fines. Para más inri, éstos pueden a menudo esconder, tras supuestos beneficios colectivos, espurias intenciones, objetables contenidos e insalvables consecuencias. Además, esta improcedente disposición no se halla exenta de redundar en la más reprochable de las mentiras: el engaño de uno mismo
2. El empleo de eslóganes de enojosa raíz ético-moral. A este respecto y entre los más manidos se destacan: no se comportan decentemente pero hacen (por lo general, en bien propio) o no actúan correctamente pero persiguen fines rescatables. Como en el ítem precedente, esto conduce inexorablemente a excusar inmoralmente procedimientos cuestionables
3. El temor a la represalia. Esta aprensión puede hacerse presente cuando la persona desdeña la apuntada contradicción, aun siendo consciente de ella, desbordada por el miedo a soportar a futuro pérdidas materiales y/o espirituales desde niveles más altos de gestión institucional. Esta conducta, aunque entendible, dista de ser justificable pues pone de relieve una notoria ausencia de valor civil
Sean cuales fueren los motivos y sin desestimar cierta cuota de ignorancia y/o ingenuidad en quienes incurren en estas incongruencias, su aceptación y tolerancia ponen en riesgo la dignidad personal dado que lleva a quienes en ellas incurren a ser cómplices de ajenas tropelías. Y lo que es más y no menos relevante, vacían de significado a muy estimables palabras e ideas que, por mal uso o errónea aplicación, pierden a la postre su real valor y original nobleza.
REFERENCIAS
D'Ottavio A. "Discernimientos. Hacia una revalorización ético-cultural desde el lenguaje". Rosario (Argentina): Corpus Libros, 2005
D'Ottavio A. "En búsqueda de valores evolutivos. Una mirada preliminar para su recuperación". En Contribuciones a las Ciencias Sociales, Julio 2013. Disponible en Internet
CORRESPONDENCIA:
Alberto Enrique D'Ottavio MD, PhD.
Cátedra de Histología y Embriología, Facultad de Ciencias Médicas, y
Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Rosario
Rosario. Argentina
Mail: aedottavio @ hotmail.com
Recibido, 1 de abril de 2014.
Publicado, 30 abril de 2014