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    Letters to the Editor / Cartas al Editor


    ¿CUÁL ES LA MEJOR TÉCNICA DE DIÁLISIS PARA EL PACIENTE ANCIANO?

    Fernando Tornero Molina, Serena Gatius-Ríos, Rafael Lucena-Valverde, Fernando Tornero-Romero

    Servicio de Nefrología. Unidad de Diálisis Peritoneal. Hospital Clínico San Carlos. Madrid. España

    Email: fernando.tornero @ salud.madrid.org

    Rev Electron Biomed / Electron J Biomed 2018;3:62-66.-



    Señor Editor:

    La progresión de la enfermedad renal crónica hacia la insuficiencia renal terminal obliga, en la mayoría de casos, el uso de una terapia renal sustitutiva (TRS) para mantener con vida a los pacientes. Una de las primeras decisiones que tiene que afrontar en nefrólogo en el paciente anciano es la pertinencia o no de iniciar la diálisis o mantener al paciente con tratamiento conservador. Aunque en general se describe una peor supervivencia de los pacientes ancianos con tratamiento conservador cuando se analizan en global1-2, si se analizan grupos seleccionados de pacientes diferenciándolos por la presencia de comorbilidad, estas diferencia desaparece1-2.

    Sabemos además que otros factores característicos del anciano diferentes de la comorbilidad van a hacer que el pronóstico en diálisis sea peor. Así, la presencia de fragilidad al inicio de la diálisis incrementa de forma significativa la mortalidad de los pacientes3-5. Otras comorbilidades típicamente geriátricas, como las caídas6 o la situación funcional del paciente7 se ha demostrado que también incrementan la mortalidad. Todo ello lleva a que la decisión de iniciar diálisis en el paciente anciano sea difícil. Se han creado escalas de puntuación para intentar predecir el pronóstico de estos pacientes, en las que factores geriátricos como la dependencia y la movilidad demuestran un valor predictivo superior a las comorbilidades del paciente8-9.

    Una vez tomada la decisión de comenzar diálisis, se nos plantea una nueva disyuntiva: ¿Cuál es la técnica de diálisis mejor para el paciente anciano? A priori, ambas técnicas de diálisis deberían ser comparables y aportar resultados similares10. Sin embargo no existen datos concluyentes ya que la gran mayoría de la información de la que disponemos proviene de registros de pacientes renales o estudios retrospectivos. Si vemos que sucede en la población general, observamos que la mayoría de registros aportan un beneficio a la diálisis peritoneal. Así, por ejemplo, en el registro español de enfermos renales observamos que al comparar la Hemodiálisis (HD) con la Diálisis Peritoneal (DP), la mortalidad de la primera es muy superior (15.2% frente a 9.5%) y en el análisis de supervivencia, el inicio de la diálisis por DP se asocia de forma significativa a una mayor supervivencia11. Además de los datos de registros existen otros estudios que sugieren que el inicio de la TRS por DP aporta beneficios frente al inicio por HD12. En algunos casos, este beneficio se observa únicamente en el momento inicial y desaparece con el paso del tiempo13-14.

    Estas diferencias nos llevarían a pensar que la DP sería mejor técnica de inicio de diálisis que la HD y que en el paciente anciano este beneficio debería ser similar o incluso superior. La DP tiene, a priori, una serie de ventajas sobre la HD. Es una técnica domiciliaria que mantiene al paciente en su ambiente, disminuye el número de visitas al hospital y mantiene la independencia. No necesita transporte. No precisa acceso vascular, complicación importante en pacientes con mal lecho vascular. Es una técnica continua, con mayor estabilidad hemodinámica, menos hipotensión, menor incidencia de arritmias y sin problemas de recuperación post-HD. Mantiene mejor la función renal residual. Estas y otras ventajas nos podrían hacer suponer que la DP es mejor técnica de inicio que la DP para el paciente anciano15.

    Sin embargo cuando uno compara la teoría con la realidad encontramos ciertas sorpresas. En primer lugar, la edad media de los pacientes en DP es muy inferior a la de los pacientes en HD (68 años en HD frente a 60 años en DP)16. A pesar de que existen estudios que nos dicen que más de un 85% de pacientes con ERC son aptos para ambas técnicas de diálisis17, el uso de la DP continua siendo muy inferior al de la HD y esta diferencia se incrementa según aumenta la edad de los pacientes11. Parece que en pacientes mayores, disminuye de forma significativa la elección de la DP como técnica de inicio de diálisis. Si pensamos que la DP aporta beneficio al paciente anciano, deberíamos hacer un esfuerzo por recomendar esta técnica sobre la HD. Por ello, debemos valorar la evidencia de la que disponemos en relación a la supremacía de la DP sobre la HD como TRS.

    Aunque, como hemos comentado previamente, a nivel global los registros presentan una supervivencia superior de la DP, esta diferencia se pierde en los grupos de mayor edad. Así, en los pacientes de mayor edad la mortalidad de la técnica se iguala, alcanzando unas cifras de un 21.1% para DP y un 22.5% para HD11, 16. Estos datos que vemos en los registros se han ido confirmando en varios estudios y meta-análisis. Si revisamos la evidencia, los primeros estudios que comparaban ambas técnicas en pacientes mayores, ya sugerían que la DP no aportaba beneficio en la supervivencia, siendo ambas técnicas comparables18 o se asociaba un peor resultado en DP19. Estudios posteriores parecen confirmar que los pacientes ancianos en DP tendrían una supervivencia inferior a los pacientes en HD5,20-22-. Esta peor supervivencia además podría ser mayor en aquellos grupos de pacientes ancianos que además presentan alguna comorbilidad asociada, como la diabetes mellitus21,23, o cardiopatia23. Este comportamiento diferente entre distintos grupos de pacientes ya habían sido sugerido en revisiones previas10.

    Probablemente, las diferencias encontradas en la supervivencia de los pacientes varía en relación al tiempo de permanencia en la técnica, habiéndose sugerido que los pacientes que inician por DP tendrían una supervivencia similar o mejor en los momentos iniciales. Posteriormente la supervivencia de ambas técnicas se igualaría o sería superior la de HD, posiblemente en relación con la perdida de función renal residual13,14. Incluso algunos estudios sugieren que la mejor evolución la tendrían los pacientes que inician TRS por DP y pasado cierto tiempo son transferidos a HD24.

    Sabemos que en los pacientes mayores, muchas veces el objetivo no debe ser la supervivencia, sino otros factores de mayor importancia que esta,. En este sentido se han comparado la DP frente a la HD en situaciones como fragilidad5,25, calidad de vida26 o caídas27 sin observarse un comportamiento diferente según la técnica de diálisis elegida.

    En conclusión, aunque por sus características diferenciadoras frente a la HD nos pudiera parecer que la DP ofrece ventajas como TRS en el paciente anciano, la realidad es distinta. No solo el paciente mayor no la elige como técnica de inicio, sino que además no tendría una supervivencia mejor y no aportaría ventajas en relación a otros síndromes geriátricos fragilidad o caídas. Técnicas de DP como la DP asistida podrían aportar ventajas futuras en el paciente mayor15.



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    CORRESPONDENCIA:
    Fernando Tornero Molina
    Servicio de Nefrología. Unidad de Diálisis Peritoneal
    Hospital Clínico San Carlos.
    Madrid. España
    Email: fernando.tornero @ salud.madrid.org