Es bien conocido que la fisiología renal está clásicamente constituida por cinco funciones principales, a saber: la filtración glomerular, la reabsorción tubular, la secreción tubular, así como la actividad renal endocrina y exocrina 1.
La lesión renal aguda (LRA) es una de las principales alteraciones renales, así como una de las complicaciones más frecuentes asociadas a problemas médicos no renales que requieren hospitalización2-3.
La LRA se define de acuerdo con las guías KDIGO por los siguientes criterios4:
- un aumento de la creatinina sérica > 0.3 mg/dl en las próximas 48 horas, o,
- un aumento > 1,5 veces de la creatinina sérica basal que se presume que ocurre dentro de los 7 días anteriores, o
- una reducción del volumen urinario <0.5 ml/kg/hora durante 6 horas
Por lo tanto, dado que la definición actual de LRA se basa únicamente en la reducción del filtrado renal o de la excreción de orina, no le permitiría a los médicos detectar daños renales manifestados simplemente por una disfunción tubular.
La LRA afecta aproximadamente al 20% de los pacientes hospitalizados independientemente de la causa de la hospitalización y se asocia con una alta tasa de morbi-mortalidad y elevados costos intrahospitalarios 5-6.
Por lo tanto, sería fundamental un mejor reconocimiento de esta entidad para poder tratarla precozmente y, en consecuencia, reducir su mortalidad, morbilidad y costes hospitalarios asociados. Para ello, sería de gran utilidad arribar a una nueva conceptualización de LRA incluyendo el criterio de disfunción del túbulo renal en su definición. En este sentido, deben investigarse marcadores simples de disfunción tubular con el objetivo de poder aplicar este nuevo concepto al ámbito clínico7.
En conclusión, la definición actual de LRA pareciera incompleta, y sería muy importante poder incorporar el criterio de disfunción tubular a su cribado clínico.
REFERENCIAS
1.- Beker BM, Corleto MG, Fieiras C, Musso CG. Novel acute kidney injury biomarkers: Their characteristics, utility and concerns. Int Urol Nephrol 2018;50:705?13
2.- Shlipak M, Stehman-Breen C. Observational research databases in renal disease. J Am Soc Nephrol. 2005;16:3477-3484.
3.- Musso CG, Rosell C, Gonzalez-Torres H, Ordonez J, Aroca-Martinez G. Primary prevention for acute kidney injury in ambulatory patients. Postgraduate Medicine.2020; 132: 746-748
4.- KDIGO Clinical practice guidelline for acute kidney injury Kidney Int Suppl 2012;2:1-38.
5.- Córdova-Villalobos JA, Barriguete-Meléndez JA, Lara-Esqueda A, Barquera S, Rosas-Peralta M, Hernández-Avila M, de León-May ME, Aguilar-Salinas CA. Las enfermedades crónicas no transmisibles en México: sinopsis epidemiológica y prevención integral. Salud Publica Mex. 2008;50:419-427.
6.- Musso CG, Terrasa S, Ciocchini M, González-Torres H, Aroca-Martínez G. Looking for a better definition and diagnostic strategy for acute kidney injury: A new proposal. Arch Argent Pediatr 2019;117:4-5.
7.- Risso MA, Sallustio S, Sueiro V, Bertoni V, Gonzalez-Torres H, Musso CG. The Importance of Tubular Function in Chronic Kidney Disease. International Journal of Nephrology and Renovascular Disease. 2019:12 257-262.